viernes, 4 de mayo de 2007

Capítulo 14 - Camino al lugar

Debo confesar que estar acá me da miedo. siento que estoy en un mundo que, aunque se ve normal, está lejos de serlo. Veo caminar a personas y no siempre estoy seguro de saber si son personas vivas o espíritus como yo.

Cristina camina conmigo. Es raro, pero me siento protegido con ella a mi lado.
Vamos camino a la zona en donde hay lo que llaman demonios. El lugar donde castigan a muchos de los que ha llegado aquí. De pronto me encontré pensando en el día de mi muerte.

Recordé esa noche. Estaba trabajando en unas fotos para la revista de moda de uno de mis clientes. La tarde había sido muy larga, con modelos hermosas, pero odiosas. Quien diría que aquellas mujeres que se ven tan amorosas en el papel, que invitan a pasar una fantasía en su compañía son tan insoportables, tan mal educadas y tan arrogantes.

Muchas fotos, mucho maquillaje, más fotos, calor en el set, más ropa, más fotos y al terminar, se paran y se van con mirada despectiva. Como si quienes hacemos el trabajo de hacerlas parecer hermosas en las revistas fuésemos viles insectos que no están a su altura.

Sólo se le dan sonrisas al encargado del casting. Unica persona importante en su frívolo mundo.

La belleza sólo es superficial y tratan a todos los que las rodean como viles sirvientes. Muchas veces quise que de mi lente saliera una bala calibre 35 para perforar esas sonrisas falsas de esas demonios.

El resto de la tarde me la pasé seleccionando entre los cientos de megabytes capturados. Separando las sobreexpuestas de las que estaban bien calibradas, ajustando la saturación y corrigiendo el equilibrio de color en cada una de las fotos que me parecían encajaban con lo que la agencia necesitaba.

El director creativo a cargo del proyecto se fue alrededor de las 11:00 de la noche. Yo seguí unos minutos más mientras respaldaba las tomas.

Me fui del estudio alrededor de las 11:40. Guardé mi equipo y mi portátil en el maletero y salí en dirección a casa. Paré en un servicentro a comer un sandwich (de haber sabido lo que venía, hubiese buscado algo mejor ya que recuerdo que incluso no me gustó).

Ahora, miro a Cristina y pienso en lo que ha pasado desde ese día. No sabría decir cuantos días han sido. Todo ha pasado rápido y el no sentir ni cansancio ni sueño ni hambre ni frío tienden a confundir.

Mientras caminamos, a mi derecha un caballero mayor mira mientras los niños son llamados por su madre a entrar a la casa. Que "ya es tarde" dice. Ellos entran, pero la madre cierra la puerta dejando al caballero afuera. De pronto él me mira, me saluda y atraviesa la puerta. Giré mi cabeza y volví a mirar adelante.

- ¿Dónde es ese lugar? - pregunté

- No es muy lejos. Pasando el condominio hay una calle que baja hasta una laguna. Bordeando la laguna hay un declive en el terreno. Allí hay cientos de rocas que fueron dejadas por empresas constructoras y allí es donde los demonios suelen estar.

- ¿Qué pasa si nos descubren?

- No creas que por ser demonios tienen súper poderes. Son casi como tu o como yo. Si nos descubren, debemos correr lo más lejos que podamos y escondernos, porque nos seguirán hasta alcanzarnos, pero no se dan el tiempo de buscar.

- Te confieso que tengo temor de ser emboscado o algo.

- No temas. Yo nunca fui muy atlética, sin embargo ya he escapado 3 veces de ellos. No es tan difícil.

- ¿Qué más hay allí?

Me miró. Se detuvo. Tomó mis manos, las observo un momento. Levantó la mirada y me dijo.

- Allí hay más gente. Gente que han atrapado, gente que hacen sufrir. Después de un tiempo los sueltan o se escapan, pero sufren bastante. Vamos a ver a los demonios, pero también veremos a personas recibiendo horribles castigos. Trata de no asustarte, porque nos delatarías y yo no quiero que me atrapen. Te llevo allá para que los reconozcas. Es necesario, ya que llevas poco tiempo aquí y no puedes vagar descuidadamente y encontrarte con uno de ellos de frente.

Nacía en mi el deseo de abortar misión, pero tenía razón. Si me encontraba con uno de ellos, ¿cómo sabría que hacer?.

- Trata de estar callado. Estamos llegando a la laguna y es mejor avanzar con cautela.